Borrachera de la pre-boda del tío gordo

Al terminar la última clase de la semana, recibí una llamada de mi madre, en donde mi indicaba que ella me daría raite. A medio camino hacia mi casa nos pregunta a mi hermana y a mi “quieren ir a la fiesta en casa de tu tío gordo, mañana es la boda y desde hoy están festejando” y nosotros pues aceptamos. Llegamos cuando a la casa, el triste asador no daba para más, los frijoles estaban fríos, el tequila y la cerveza a la mitad y las la disque fiesta se había degradado a tal punto que había dos grupos, el de las doñas y el de los viejos de las doñas que hablaban constantemente de programación, negocios y cosas con numeritos.

Bffff… que divertido, no pude soportar más de 5 minutos cerca de las doñas por que empezaron a hablar de la boda… trate con los dones que tenían una conversación mas o menos decente si ignorabas los 3 “weeeeeiiii” por segundo, y no-mas-no pude, así que me la pase pegado al asador haciendo como que escuchaba mientras raspaba las cebollitas chamuscadas de las rejillas.

Fue la noche en la que mas personas me han dicho al mismo tiempo que contrajeron sus brazos pegándolos al pecho “yo te cargue cuando estabas bebito”… y esa gente después me ofreció del santísimo pisto que se había juntado, obviamente decline al ver a mi padre tirándole el calzón a la pobre dibujante gorda amiga de la infancia y tratando de convencerla con el balbuceo entrecortado por el hipo “me toca manejar” y en eso una furia bien extraña le salió a tía Vero “cabrón deberías tú ser el responsable y dejar que tu hijo se ponga pedo”… no supe nunca como pero después de un chingo de gente diciéndome que era maduro y que eres a toda madre y la chingada, mi padre me acabó mandando con El-negro (nuestro taquero preferido), a que levantara marihuana, propuesta a la cual todos aceptaron. Un rato después nos corrieron de la casa, y gracias al boca-floja de mi padre la borrachera se traslado a mi casa.

Cuando ya todos estábamos ebrios y marihuanos, toqué la fantasía para flauta #12 de Telemann en sol menor, todos aplaudieron; Tía Vero habló de su madre a la que tooooooooodos amaban… y que había fallecido hacia 20 días, la gente lloro y yo como sanguijuela chupando y saboreando las emociones ajenas, fingí pena yo también después de la descripción de la señito.

Tampoco supe bien como pero termine cuidando las llaves de la gorda dibujante que estaba en un estado de consciencia alterada muy grave… TODOS (menos tía gorda) querían que aprovechara que estaba ebria y que tenía las llaves para que me cogiera a la gorda dibujante en su vehiculó previamente empañado por la niebla, Tía vero me escorto hasta el asiento del pasajero y otro Don me instruyo en el arte de aprovecharse de gordas dibujantes ebrias manoseándola el primero…

¿Qué hice primero? Lo corrí, ¿abuce, cogí y/o manoseé a la inconsciente gorda dibujante amiga-desde-hace-años, mientras estábamos solos en carro previamente empañado? No, a la verga, de tooooooodas las cosas que me podría coger, las gordas ebrias no están en la lista. Después de hacerme pendejo le di las llaves a tía gorda y me fui a dormir.

Ya crudo llegue a la conclusión de que me adapto demasiado bien a estas situaciones… que pinche miedo.

(notese: todos los tios de la historia no son tios geneticos, pero... pss si son tios)